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Familia y Roles. Hermanos y Hermanas con LCA.

Rara vez se habla de los desafíos de ser hermano o hermana de alguien que ha sufrido una LCA. La lesión cerebral también afecta la relación que durante años se ha construido entre hermanos. Dicho cambio es fuente de incertidumbre y malestar emocional. Es común que los hermanos de personas con LCA adquieran un rol de cuidador, experimentando un cambio en su relación de par, compañero o confidente.

Es difícil aceptar que un hermano o hermana reciba un diagnóstico de lesión cerebral. En etapas iniciales de la rehabilitación, los hermanos del sobreviviente suelen experimentar sentimientos de miedo respecto al estado de salud del hermano/a e incertidumbre respecto a su futuro. No es extraño que también se sientan confundidos, ya que el hermano/a se ve de la misma manera, pero se comporta de forma distinta. La experiencia de “perder” al hermano/a previo a la lesión y encontrar a alguien “nuevo”, puede generar sentimientos de dolor y confusión.

Muchos hermanos se preguntan qué hacer y cómo ayudar en el proceso de rehabilitación. Es frecuente que se sientan frustrados e impotentes debido a la falta de conocimiento y lentitud de los avances. La recuperación después de una LCA, y su rehabilitación, no son procesos simples, lineales ni rápidos. En la mayoría de los casos los avances son lentos y pequeños. Una forma de contribuir es aprender sobre la LCA: ¿Qué significa que mi hermano/a tenga una lesión cerebral? ¿Cuáles son las consecuencias más comunes? ¿Cómo puedo manejarlas de mejor forma?

Los cambios físicos, cognitivos, emocionales y conductuales pueden afectar la independencia del sobreviviente para realizar actividades del día a día. Esto significa que el hermano o hermana, dependiendo de la gravedad de su lesión y secuelas, puede requerir ayuda para realizar lo que antes hacía solo o sola. Los hermanos y hermanas pueden ser claves en ofrecer esta ayuda, apoyando a la persona con LCA a ser lo más independiente posible.

En casos de personas jóvenes, los hermanos pueden ser una fuente importante de apoyo e integración social, así como un motor de participación en actividades recreativas. En casos de personas adultas, los hermanos pueden tener que adoptar el rol de cuidador principal cuando los padres han muerto, o no son capaces de cuidar a su hijo o hija. En general los hermanos más cercanos generacionalmente entre sí, pueden ser claves en ayudar a amigos, compañeros de colegio, compañeros de trabajo y conocidos, a aprender sobre las lesiones cerebrales y sus consecuencias. Asimismo, pueden ser claves en motivar al círculo cercano del sobreviviente a mantenerse en contacto.

Acompañar a un hermano o hermana en su proceso de rehabilitación puede generar sentimientos de ansiedad, depresión, estrés e incluso frustración. Dicho acompañamiento usualmente requiere una reorganización de tiempos y objetivos vitales del hermano o hermana sin LCA. Debido a esto, es importante considerar la necesidad de autocuidado y búsqueda de apoyo especializado en caso de requerirse. Buscar espacios de dispersión, continuar con la vida propia y compartir el rol de cuidador con otros familiares puede ayudar a sobrellevar de mejor manera los desafíos de la rehabilitación.
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Referencias

Tyerman, E., Eccles, F. J., Gray, V., & Murray, C. D. (2019). Siblings’ experiences of their relationship with a brother or sister with a pediatric acquired brain injury. Disability and rehabilitation, 41(24), 2940-2948.

Headway. (2017). Brain injury: A guide for siblings. https://www.headway.org.uk/about-brain- injury/individuals/information-library/

McMahon, M. A., Noll, R. B., Michaud, L. J., & Johnson, J. C. (2001). Sibling adjustment to pediatric traumatic brain injury: A case-controlled pilot study. The Journal of Head Trauma Rehabilitation, 16(6), 587-594.

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