Vista externa del cerebro.El cerebro posee un surco profundo que lo divide en dos mitades o hemisferios cerebrales izquierdo y derecho. Ambos hemisferios se encuentran conectados por una banda de fibras nerviosas (haz de axones) llamada cuerpo calloso.
Si bien distintas áreas de estos hemisferios tienden a especializarse en distintas funciones, ambos hemisferios son igualmente importantes y comparten constantemente información entre ellos. En general, el hemisferio derecho controla la musculatura del lado izquierdo del cuerpo mientras que el hemisferio izquierdo la del lado derecho.
Cada hemisferio está dividido en cuatro áreas o lóbulos conectados entre sÃ: frontales, temporales, parietales y occipitales.
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Lóbulos Occipitales.Los lóbulos occipitales están situados en la parte posterior de nuestro cerebro. Se asocian con el procesamiento visual (reconocer objetos, formas y colores), el movimiento ocular, la atención visual, el análisis espacial y la percepción visual del lenguaje corporal (posturas, expresiones y gestos). Una lesión en esta área puede causar problemas en el campo visual, para ver o percibir el tamaño y la forma de los colores.
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Hipocampo.El hipocampo es una estructura que se encuentra en la parte interna de los lóbulos temporales. Su principal función es la formación de nuevas memorias. Cuando este se daña, las personas no logran grabar nuevos recuerdos. El hipocampo y la amÃgdala (ver abajo) trabajan en conjunto de forma de poder generar recuerdos de eventos importantes para la supervivencia.
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AmÃgdala.La amÃgdala es una estructura que se ubica en la parte interna del lóbulo temporal, junto al hipocampo. Tiene un rol fundamental en la respuesta emocional humana, especialmente en relación a la experiencia, expresión y comprensión del miedo. En los raros casos donde esta se daña, las personas tienen dificultades en experimentar miedo, leerlo en otros y utilizarlo para tomar decisiones ventajosas.
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