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Fatiga Crónica
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¿Qué es la fatiga crónica o patológica? La fatiga crónica o patológica es un problema común después de una Lesión Cerebral Adquirida (LCA). La fatiga crónica es distinta a la fatiga común. La fatiga común es experimentada por las personas después de una actividad demandante y usualmente desaparece luego de un período de descanso. La fatiga crónica, en cambio, puede estar presente la mayor parte del tiempo y no desaparecer luego de un periodo de descanso. Si bien cada sobreviviente puede experimentar la fatiga crónica de diversas formas, generalmente es descrita como una sensación de cansancio o falta de energía, a pesar de no haber realizado alguna actividad previa. Puede presentarse algunas semanas posterior a la lesión, como también luego de meses desde la LCA.

No existe claridad respecto a los mecanismos que provocan la fatiga crónica, pero la evidencia actual sugiere que podría deberse al daño de estructuras cerebrales, así como también una menor eficiencia cognitiva y física.

La fatiga crónica usualmente no diagnosticada por personal de salud y rehabilitación. Tampoco suele ser comprendida por los sobrevivientes mismos y sus familias.
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¿Cómo puede afectar la fatiga? Las consecuencias de la fatiga en la vida diaria de los/as pacientes son amplias y varían caso a caso. Esta puede presentarse en uno o más de los siguientes ámbitos:
  • Fatiga Física.Sentir cansancio físico más fácilmente que antes, debilidad muscular, tener poca energía o sensación de lentitud, tener sueño a lo largo del día o sentir la necesidad de dormir. Puede empeorar en la noche y mejorar luego de dormir.
  • Fatiga Mental.Dificultad para mantener la concentración durante periodos prolongados, problemas para recordar, distractibilidad, dificultad en la toma de decisiones y resolución de problemas, aumento de errores, sensación de “quedarse en blanco” o sentir que la mente debe esforzarse más que antes para funcionar.
  • Fatiga Psicológica. Baja motivación, desánimo, irritabilidad, frustración, preocupación constante, sensación de inutilidad, sentirse agotado/a o desgastado/a. Puede empeorar con el estrés y al despertar por las mañanas.
Para retratar mejor las experiencias de fatiga, a continuación, se incluyen algunos relatos de personas que viven con ella:

Es casi como estar hablando con alguien y tener que traducir lo que está diciendo. Es como si las personas estuvieran hablando en otro idioma. ¡Requiere tanto esfuerzo engancharse en conversaciones!

Cuando este cansancio se instala, bloquea mi capacidad mental. Ahora mi capacidad mental es más limitada ya que tengo menos energía, la cual necesito repartir muy bien. Este cansancio pide al cuerpo y a la mente descansar, incluso dormir.

La fatiga me impide hacer muchas de las cosas que quisiera hacer. Me siento triste por esto y mucho más aún, porque estoy cansado. Me siento confundido entre lo que debería estar haciendo, cómo y dónde hacerlo cuando estoy cansado.

Si escucho una conferencia, si leo un libro, si veo una película, (...) empieza a aparecer el agotamiento mental y la sensación de que no tengo los recursos para hacerle frente.

Existen algunos factores que pueden volver más vulnerables a las personas ante la fatiga, como: alteraciones del sueño, efectos secundarios de medicación, dolor, dificultades físicas, cambios hormonales, malos hábitos alimentarios, elementos del ambiente, otras condiciones médicas, problemas cognitivos (o del pensamiento), ansiedad y depresión, entre otros.
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¿Cómo abordar la fatiga? Es importante realizar una adecuada evaluación de la experiencia de fatiga, de forma de comprender qué aspectos abordar y cómo. Este debe ser un trabajo entre el paciente, su familia y el equipo de rehabilitación. La educación respecto a la fatiga crónica y su relación con la lesión cerebral es fundamental debido al desconocimiento de este problema común.

Es importante determinar, en cada caso, qué factores pueden hacer a una persona más vulnerable a la fatiga, así como qué situaciones o actividades pueden gatillarla. El objetivo general de todas las intervenciones es identificar las señales tempranas de la fatiga y anticiparse a ella, reduciendo las consecuencias posteriores.

Escribir un diario de fatiga puede apoyar este proceso, registrando los niveles de energía de la persona y las actividades realizadas a lo largo del día y de la semana. Otros factores relevantes a evaluar son: patrones y calidad de sueño, el curso de la fatiga durante el día o semana, trastornos anímicos, dieta, ingesta de medicamentos, entre otros.

Una estrategia metacognitiva útil para manejar la fatiga son las 3P (Pausa, Prioriza y Planifica). Esta estrategia implica:
  1. La dosificación de actividades y descanso durante el día (Pausa).
  2. La selección de actividades importantes en las que se invertirán recursos y energía (Prioriza).
  3. La organización de la rutina diaria para optimizar recursos y energía (Planifica).
Algunas formas de abordar la fatiga según las dimensiones en las que puede afectar son:
  • Fatiga Física.
    • Priorizar el uso de la energía en lo más relevante.
    • Entender qué desencadena la fatiga y trabajar con los recursos propios.
    • Uso de “siestas energizantes” de no más de 30 minutos. Evitarlas después de las 16:00, ya que pueden interferir con el ciclo de sueño/vigilia.
    • Reducir la ingesta de cafeína y nicotina, así como evitar el consumo de alcohol en horas previas a dormir.
    • Retomar actividades físicas de forma gradual.
    • El ejercicio moderado -cinco veces a la semana- puede mejorar el estado físico y aumentar los niveles de energía.
  • Fatiga Mental.
    • Retomar actividades mentales de forma gradual, comenzando por las que sean más familiares.
    • Moderar el ritmo de las actividades para evitar ciclos de “hacer mucho” y “colapsar”.
    • Si no es posible realizar una actividad, intentar re-programarla para cuando no esté fatigado.
    • Planificar el tiempo y mantenerse organizado. Evitar agendar muchas actividades juntas (por ejemplo, usar calendarios y listas).
    • Tomar descansos regulares y breves (ir a algún lugar tranquilo, sentarse o recostarse).
  • Fatiga Psicológica.
    • Trabajar junto a miembros de la familia para que brinden ánimo y apoyo.
    • Reconocer y aceptar que es posible no poder hacer tantas cosas como antes.
    • Prestar atención y celebrar las cosas que se han realizado exitosamente. Tratar de no darle “muchas vueltas” a aquello que no se ha logrado.
    • Ser consciente y aceptar los sentimientos y emociones, tratando de no mortificarse.
    • Planificar dentro del calendario actividades placenteras que hagan sentir bien a la persona acerca de sí mismo.
    • Si hay problemas de humor persistentes, se sugiere consultar a un psiquiatra y/o neuropsicólogo clínico. La medicación y el acompañamiento psicológico puede ser útil a la persona con LCA y su familia.
    • Practicar estrategias de relajación para lidiar con el estrés.
Respecto al tratamiento farmacológico de la fatiga crónica, no existe evidencia suficiente para recomendar un fármaco específico. No obstante, debido a la variada presentación de la fatiga en cada persona, es recomendable consultar a un neuropsiquiatra o psiquiatra.

Si deseas saber más sobre fatiga crónica luego de una LCA, puedes consultar la Guía Headway “Manejando La Fatiga después de una Lesión Cerebral Adquirida”, o también ver charla “Cerebros Agotados”, realizada en el contexto de la semana de la lesión cerebral en 2019.
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Referencias

Lassaletta Atienza, A., Bilbao, Á., Bize, A., & Pajares, S. (2017). El daño cerebral invisible. Madrid: EOS.

Model Systems Knowledge Translation Center. (2010). Fatiga y las lesiones cerebrales traumáticas. Estados Unidos. https://msktc.org/lib/docs/Factsheets/Spanish_Factsheets/TBI-Fatigue_Sp.pdf

Stroke Foundation. (s.f.). Fatigue after stroke fact sheet. https://strokefoundation.org.au/What-we-do/For-survivors-and-carers/stroke-resources-and-fact-sheets/Fatigue-after-stroke-fact-sheet

Wheatcroft, J., Malley, D. & Morris, R. (2018). Managing fatigue after brain injury. Headway - the brain injury association. United Kingdom.

Williams, H. & Dewar, B.K. (2020). Managing fatigue after encephalitis. Encephalitis Society. https://www.encephalitis.info/managing-fatigue-after-encephalitis

Wilson, B. A., Winegardner, J., Heugten, C. M. van, & Ownsworth, T. (Eds.). (2017). Neuropsychological rehabilitation: The international handbook. Routledge, Taylor & Francis Group.

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